FALTA DE LIBERTAD EN LA CORONA
Con todas mis entradas, he dejado bastante claro que no estoy a favor de la monarquía y de algunos de sus miembros, pero hoy vengo a hablar de algo con lo que puedo contradecirme, pero lo veo necesario para realizar posteriormente una reflexión en cuanto a la libertad del individuo. Hablemos hoy de algo más relajado y llamativo como fue el enamoramiento de Letizia y Felipe VI, algo que no fue fácil.
Letizia y Felipe coincidieron por primera vez en 2002 en un programa de documentos de TV en el que ella trabajaba como periodista, donde la química surgió entre ambos enseguida. Felipe esa época estaba muy condicionado por sus padres (Juan Carlos I y Sofía de Grecia) a casarse con una mujer que tuviera relación con la corona, como es lo habitual.
Todo quedó ahí hasta que en otro encuentro, Felipe consiguió el número de Letizia y comenzaron a verse a escondidas (sólo sabían de esto los guardaespaldas de él), se las ingeniaban para verse por todo el mundo intentando no ser descubiertos para que no empezaran las críticas.
Como era de esperar, este secreto no les duró mucho, pues la prensa siempre está atenta a los movimientos de la casa real, y fue entonces cuando salió a la luz que el heredero al trono estaba de novio con una atea que había estado casada por lo civil. En esa época fue una gran y peculiar noticia, sobre todo por la contrariedad que mostraron siempre los padres del actual rey de España. Finalmente, después de la necesidad de verse a escondidas constantemente, hacen pública su relación y un poco más tarde el compromiso, y el 22 de mayo de 2004, se casan por lo civil y por la iglesia.
Con todo esto me gustaría destacar la falta de libertad con la que nacen los pertenecientes a la monarquía, algo que como ya sabemos no eligen ellos. Ustedes dirán, pueden negarse a reinar, claro que pueden, pero es que van a continuar teniendo esa sangre y ese apellido, por lo que van a estar observados constantemente, no tienen libertad ninguna y eso es algo que todos deberíamos de tener. El sistema monárquico nos priva a los españoles de la elección de algo tan importante como es la del Jefe de Estado, y priva a los propios borbones de tener una vida normal. ¿Qué sacamos entonces de positivo en ella? ¿Por qué tienen los borbones que verse obligados a actuar de manera condicionada?
Muy interesante tu reflexión, María. Estoy de acuerdo en que la libertad de los miembros de la familia real es bastante más limitada que la de cualquier otro ciudadano "normal". Pero lo que está claro es que los privilegios (económicos principalmente) que obtienen todos los famosos o personas influyentes (incluyendo al rey obviamente) van con ese perjuicio de precisamente ser conocido por todos y tener que actuar dentro de unos cánones de conducta (en el caso de Felipe, los que determine la casa real). O sea, no todo puede ser bueno, en mi opinión depende de cada persona si los beneficios/perjuicios de ser quien es le son rentables.
ResponderEliminarSigue siendo interesante tu punto de vista de esta cuestión que, en cualquier caso está relacionada con el tema del blog. Estoy de acuerdo contigo en que esa falta de libertad provocada por la "fama" no es deseable en absoluto. Es el caso de muchos cantantes y actores que no han llevado bien esa falta de libertad, esa falta de intimidad a la que todos debemos tener derecho. Y también tienes razón en que el problema no va a desaparecer por renunciar a sus cargos o estatus. Las familias reales no son una excepción. Ahí está el caso de Meghan y Harry (en este caso se funden los dos).
ResponderEliminarCierto es que doña Leticia seguramente no era la opción que tenía en mente la Casa Real, pero también es cierto que don Felipe supo hacer valer su criterio y decisión ante la misma, lo que muestra, una vez más, el carácter y talante de nuestro rey.